Los antiguos pobladores de esta región mesoamericana, conocían la planta denominada “Xiuhquilit” que en idioma nahuat significa “hierba azul”, palabra que degeneró después en “xiquilite” y “jiquilite”. Conocieron también la utilidad de dicha planta de la que extraían tinta azul o “mohuitl”, la cual era muy apreciada para colorear tejidos y adornos o para otros usos. La utilidad de la planta se extendía hasta la medicina y el polvo del tronco o raíces aplicadas en forma de cataplasma a la cabeza de los niños les aplacaba el calor y los dolores.
Localización del añil en El Salvador
El xiquilite crece mejor en los terrenos bajos y cálidos, en tierras arenosas no muy húmedas, niveladas o con ligeras pendientes y con buen drenaje. Las zonas donde se concentró la producción añilera fueron: Santa Ana, Metapán, Sonsonate, Sensuntepeque, San Vicente, Olocuilta, Chalatenango, Tejutla, Opico, Ateos, San Salvador, Suchitoto, Cojutuepeque, Gotera, Usulután, San Miguel, Zacatecoluta y San Alejo.
Extracción del añil
El método que usaban los antiguos pobladores de la región, consistían en poner las hojas de la planta en un recipiente de agua tibia, y después de unas horas de reposo, sacaban las hojas, dejando el agua para batirla fuertemente hasta precipitar la tinta. Luego separaban el agua de la superficie por decantación, colaban el sedimento espeso en una tela de algodón o de fibras vegetales y el residuo pastoso lo moldeaban en forma de bolas que luego secaban a sol y calentaban después de endurecerlo.
El obraje
Se compone de tres pilas, dos grandes y una pequeña orientadas de norte a sur, generalmente construidas en mampostería. La primera pila conocida como del “remojo” está situada en el plano superior del terreno, hacia donde puede llegarle el agua directamente por gravedad, y sirve para el “empilo”, es decir, para recibir las ramas de jiquilite. Generalmente tienen un tamaño de 5 x 3.5 varas y 1 vara de profundidad, teniendo el piso una ligera inclinación hacia el sur con una media vara de desnivel, y en el centro de ese extremo, empezando desde la base, le abren una ranura alargada y vertical, que puede medir 20 cms. Llamada “bitoquera”. El repello interior está hecho con una mezcla de talpetate, cal, arena y agua, una especie de argamasa consistente; no utilizan cemento por considerarlo muy “helado”, ya que en esta pila tiene lugar el “cocimiento” (fermentación) por lo que el agua necesitaba permanecer caliente, razón por la cual, las paredes eran muy gruesas. La segunda pila es la de “batido”, situada a continuación del extremo sur de la primera y a un nivel mas bajo, de tal forma que la “botiequera” comunicaba directamente con la pila. Tiene las mismas dimensiones pero con una profundidad de 2 varas y también con el piso inclinado, lleva la “bitoquera” partiendo a 20 cm de la base, en la pared del lado sur, pero ésta no se comunica con la tercera pila. La tercera pila, llamada “piletilla” es más pequeña de unas dos varas cuadradas por una vara de hondo y paredes un poco más delgadas. Se encuentra al lado derecho del extremo anterior de la pila del “batido” y a un nivel inferior. El piso es plano, solo tiene en el centro una concavidad donde colocan una olla de barro que sirve para recoger toda la tinta que puede estar pegada en el fondo. Tiene una “bitoquera” muy pequeña y redonda, también en la pared del lado sur.